Los perros en la antigüedad eran seres muy activos, cazaban, se movían en manadas y buscaban el mejor lugar para vivir. Actualmente, el estilo de vida que llevamos donde la inmediatez es el denominador común, nos lleva a compartir salidas cortas con nuestros perros. Una vuelta manzana, a veces es suficiente y ni hablar de jugar. Los transformamos en seres sedentarios. Los premios y la comida suelen ser la vía de demostración de afecto, a veces generando sobrepeso con consecuencias graves.
Si evaluamos la falta de actividad desde el punto de vista de la salud, veremos que los músculos se atrofian, las articulaciones se ven exigidas, el sistema circulatorio trabaja más lento, la sangre se pone más densa, el riñón trabaja con esfuerzo, la grasa comienza a acumularse en los tejidos, órganos y vasos sanguíneos. Desde el punto de vista psicológico, el animal se estresa y siente ansiedad, lo que puede traer aparejado serios problemas en el comportamiento, afectando el vínculo humano-animal.
Los animales deben hacer ejercicio
El movimiento es esencial para la buena salud física y emocional. Al igual que los seres humanos, un animal que se ve limitado en la expresión se angustia. El ejercicio favorece la liberación de serotonina generando una sensación de felicidad.
Nuestra animal de compañía necesita expresarse, y lo hace de manera activa
Somos responsables de la felicidad de nuestro perro. Cuidarlos implica brindarles lo que necesitan. Ser responsables en la prevención de enfermedades, generar momentos para compartir actividades recreativas, lúdicas, acompañadas de caricias y el buen contacto físico. Los perros necesitan actividad compartida para ser felices .
La buena compañía genera entusiasmo y alegría.