Anahí y Coco: siendo él un cachorrito, me salvó

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Soy Anahí Salva, tengo 36 años, trabajo como paisajista, dibujar es lo que más amo. Entreno desde los 21 años, la actividad física me ayuda a relajar la mente. Vivimos con Coco en Villa Urquiza. 

He tenido perros desde muy pequeña, siempre disfruté salir a caminar con ellos, por el campo, por el parque, con la naturaleza presente. Sentir los pies en la arena, en el mar me da mucha paz.

Cómo llega Coco a mi vida

En 2020 falleció mi último perro, pasaron unos años hasta que en el 2023 volví a sentir el deseo de tener uno. Decidí dejarlo librado al azar, hasta que me enteré que se daban perritos, cuando ví la foto me enamoré de todos. Les dije que quería uno, el que sea. Cuando me avisaron que estaban dados, comenté que estaba lista para recibir uno en caso que surgiera la oportunidad. 

A los pocos días me entero que había uno disponible. Como tenía solo 30 días, sugerí que debían tenerlo con la madre aunque sea 15 días más, pero no era posible. Lo fui a buscar, abracé a mi Coco envuelto en su manta, al llegar a casa lo dejé en el piso y vi que era paticorto, ahí terminé de enamorarme.

Coco es muy especial, necesita sus tiempos para conocer gente nueva, después es lo más mimoso que hay. No es de los perros que se acercan cuando le ofrecen comida o le dicen lindas palabras. Es muy detallista y curioso, reconoce cada lugar donde hemos ido alguna vez, conoce cada calle del barrio. Es berrinchudo, cuando salimos a caminar sabe expresar a donde quiere ir, se tira al piso y solo se levanta cuando cambio la dirección.

Su juego favorito es con la pelota, tiene su grupo de amigos de la plaza serán alrededor de 10 perros, ya es su grupo que compartimos tanto perros como tutores.

En el barrio es amigo de las perritas, se detiene en la casa de cada amiga y locales de cercanía donde me acompaña cada vez que voy.

Así nos acompañamos 

Entre semana nos levantamos temprano para dar un paseo antes de que comience a trabajar. Hago una pausa para almorzar y volvemos a salir juntos, generalmente vamos al parque a jugar con la pelota. Luego retomo mi actividad laboral hasta que finaliza el día. Como trabajo desde casa, él se queda cerca mío descansando o va al balcón. Dos veces por semana sale con su paseadora.

Cuando termino de trabajar volvemos al parque y nos encontramos con nuestro grupo de amigos. El único momento que se queda solo es a la noche que salgo a entrenar una hora. Luego de cenar hacemos la última salida, que es caminata y juego junto a una perrita que nos encontramos de noche. 

Los fines de semana y feriados disfrutamos salir a pasear por plazas y parques nuevos, lo que me resulta fácil ya que Coco viaja en tren, subte y auto sin problema. Solemos levantarnos temprano, salgo con él que me acompaña a tomar un café y emprendemos una nueva aventura.

Coco me acompaña en todo, salvo cuando voy a la farmacia o al supermercado que no puede entrar. Incluso en el gimnasio donde entreno, lo llevo de visita y se pone a jugar con el dueño. En actividades recreativas y salidas a comer siempre procuro a ir lugares pet friendly para que pueda venir conmigo.

Para su bienestar cuido que tenga la suficiente actividad física y mental, su alimentación, la socialización con perros y personas. Siempre fui muy rutinaria pero ahora la rutina se adecuó a cumplir con las necesidades de Coco. Mi círculo social se amplió gracias a las interacciones que él tiene.

Un gran sostén

El llegó a mi vida en enero de 2024, en un momento donde estaba atravesando una gran tristeza.  Comencé a tener fuertes problemas de salud que me impedían mover los dedos de las manos y fuertes dolores de rodillas. Lo único que me motivaba a intentar cada día levantarme era Coco, cumplir con sus necesidades, siendo él un cachorrito me salvaba día a día. Ese año fue muy difícil pero él siempre estaba ahí recordándome que la vida es hermosa y que él me necesitaba, que dependía de mí, yo era su mundo.

Dogrun: cuando conocí la propuesta la amé

Conocí Dogrun a través del instagram que armé para Coco. Nosotros hacemos caminatas de 5K los fines de semana y trotes cortos por diversión cuando él lo indica, agarra con la boca la correa y tira,  signo de jugar a carreritas. Desde el 2020 no hacía carrera de calle, dejé en pandemia y me pareció muy lindo retomar la actividad junto a él.

Ellos son todo lo que está bien, dan amor y lealtad sin pedir nada a cambio. Sienten tu estado de ánimo y te acompañan, desde un beso a recostarse al lado tuyo para dar consuelo. Un día leí que “Ellos conocerán el mundo que nosotros le presentemos” y es verdad, dependen absolutamente de nosotros para que su paso por nuestra vida sea la más linda.

Gracias.

@coco.elpaticorto

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