Nuestros animales de compañía representan un lazo afectivo fuerte, su presencia transforma nuestra vida. Cuando nos toca decir adiós enfrentamos un proceso que lleva su tiempo y requiere de un “trabajo” emocional. 

El duelo puede manifestarse de diferentes maneras en cada persona, hay quienes pueden sentir una profunda tristeza, otras pueden experimentar sentimientos de soledad, incluso culpa. También podemos sentirnos impotentes o enojados. Las circunstancias en que sucede la pérdida tienen que ver en parte con ello.

Luego es normal sentir tristeza o vacío asociados a las rutinas, los momentos compartidos que se extrañan. Ir rearmando la cotidianeidad lleva su proceso.

Con el tiempo el dolor va aminorando, mientras se va reordenando la vida diaria. Se va aprendiendo a vivir con la nueva realidad, la angustia cede, las emociones se vuelven más manejables y es posible encontrar formas de honrar y recordar a nuestro compañero de una manera menos dolorosa.

Buscar apoyo

Compartir este tiempo con otros que comparten también su vida con un animal de compañía y pueden empatizar con nuestro proceso puede ser de gran apoyo. Quizás haya personas que no comprendan del todo la dimensión de lo que estamos viviendo. 

Buscar expresar lo que sentimos en vínculos seguros donde encontrar sostén y comprensión. 

¿Cómo explicárselo a los más chicos? 

La muerte de un animal querido representa la primera gran pérdida en la infancia, un primer contacto con la muerte, ocasión en la que surgen preguntas. Es conveniente dar la información que sea necesaria y acorde a la edad pero sobre todo al nivel de comprensión. Ser sinceros y evitar relatos fantasiosos que pueden generar mayor confusión y desconfianza.

Permitirse sentir, expresar las emociones, intentar de tanto en tanto distraerse. Cada uno conoce sus tiempos, lo que necesita, lo que le hace bien. Respetarse, darse lugar, buscar apoyo y compartir con otros que nos entiendan o hayan atravesado el mismo dolor.  Las heridas irán sanando y dando lugar a grandes recuerdos y por qué no, a nuevos comienzos.