Tango, Logan y Andrea

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Soy Andrea, tengo 41 años, trabajo en un buque y vivo en San Justo con mis  perros, Tango y Logan. 

Tango, es muy bueno, puro amor, es el perro de mi vida. Nunca le gustó viajar en auto, por lo que hace tiempo quería un compañero de ruta. Esperé muchos años su llegada. Antes de tenerlo me anoté en varios refugios pero no se dió. Finalmente llegó dos meses antes que arrancara la cuarentena, me salvó de no caer en un pozo depresivo ya que me mantuvo activa cuando me quedé momentáneamente sin trabajo.

Su nombre lo elegí por Wolverine de los Xmen y le queda perfecto, no le gusta el lío cuando está en una manada, tomando el papel del líder e interviniendo si hay algún problema entre sus pares. Gracias a él me metí en el mundo profesional canino: me hice instructora canina en BVR, estudié en Bocalan el curso de perros de asistencia y también el de IAA. 

Le encanta viajar, ir a lugares al aire libre y también a eventos con otros perros y gente pero es muy sensible al bullicio, si hay música fuerte y gritos me pide irse.

Con Logan aprendí a ser más responsable, me enseñó a tener más paciencia y dedicación, enriqueció mi vida social ya que ni bien ingresó a casa me ocupé de que él aprendiera a socializar con otras personas y perros. 

Estar con él me obliga a levantarme siempre con una sonrisa por el amor con que viene  a despertarte, es muy activo y como su hermano Tango está viejito y ya no juega mucho con él porque tiene artrosis y varios problemas de salud, llevo a Logan a jugar con sus amigos: los del club del pastor suizo y la escuela de agility, donde fuimos durante un tiempo a La Jauría.

Es un perro que llena de alegría a donde va con su dulzura y simpatía, buscando saludar y jugar con toda persona y animal que se cruza, si te ve mal hasta intenta abrazarte parándose en dos patas y llenándote de besos.

Con Logan tenemos una conexión increíble y un vínculo que no tuve con ningún otro perro, como si me leyera la mente: es un perro muy sensible, perceptivo, muy inteligente y expresivo. El es mi prioridad y organizo mi vida en torno a él, si bien no lo puedo llevar a todos lados,  trato de integrarlo a mis actividades o evitar irme muchas horas.

Fuimos a la playa, a pasear a Córdoba, a conocer Villa Gral. Belgrano y la Cumbrecita. La idea era que pudiera disfrutar de los paisajes y lugares con todos sus sentidos ya que hace un año atrás le diagnosticaron Pannus, una enfermedad que no tiene cura, solo tratamiento y le va manchando los ojos hasta producir ceguera. No es muy conocida ni tampoco pudieron determinar si es hereditaria. 

Tiene unos anteojos especiales para que el sol no perjudique su visión, además de una medicación diaria. Con sus gafas y el tratamiento nos fuimos acomodando para no cambiar tanto su rutina. Si bien el diagnóstico me puso muy triste, estoy haciendo todo lo posible para ir preparándolo a futuro, tratando de adaptarlo a lugares, olores y demás ejercicios para que él pueda andar libremente como si tuviera la vista sana.

Sus juguetes preferidos son sus pelotas y peluches, le encanta recibir regalos y cada vez que vamos a control veterinario lleva su mochilita con sus juguetes. Con su hermano Tango se lleva excelente y lo ama tanto que cuando me lo tengo que llevar a control llora por él, el mes pasado Tango estuvo mal de salud y Logan fue su enfermero. No se separaba un minuto de él, ¡Se adoran!

La vida con perros es saber que en tu casa te van a estar esperando con un amor puro e incondicional para llenarte de alegría y energía. Mi vida es mucho mejor gracias a ellos.  Ojalá todos puedan tener un perro en sus vidas.

Andre

Podés seguirlo acá: @sir_loganstark

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