Mucho más que un amigo fiel

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El contacto diario con nuestros perros influye no sólo sobre nuestra salud física sino también emocional.

Nuestro amigo de cuatro patas es una razón diaria para la alegría, influyendo positivamente en diferentes aspectos de nuestra vida. 

El vínculo que establecemos con ellos es muy profundo, nos hace inseparables. Es un lazo afectivo especial, cuyos efectos transformadores pueden llegar a sorprendernos. 

Los perros particularmente son seres cuya entrega, devoción y fidelidad son únicas. Esto hace que lleguemos a construir una gran conexión con ellos, compartiendo hasta un lenguaje propio. Le hablamos, sentimos que ellos nos comprenden, incluso les contamos nuestros secretos más profundos. Su incondicionalidad los hace únicos. Nos ofrecen valores que muchas veces es difícil encontrar en otros vínculos que establecemos con personas. 

Compartir la vida junto a un perro la hace mucho más plena. Nos ayuda a estar más activos, a ser comprometidos, nos conecta con otras personas que comparten este tipo de vínculos. Son facilitadores de emociones, de relaciones, nos estimulan a salir adelante de procesos difíciles. 

Tu perro es tu gran compañero.

¿Te espera al lado de la puerta listo para salir a pasear?

¿Te ayuda a mantenerte activo?

¿Te hace sentir querido?

¿Cuando entras a tu casa, como te recibe?

¿Se queda cerca tuyo cuando estás enfermo o triste?

¿Te hace reír?

¿Te mira a los ojos?

¿Te tranquiliza cuando lo acariciás?

¿Sentís que te escucha?

¿Se dan besos?

¿Te huele?

¿Te hizo llorar?

¿Tiene un juguete preferido?

¿Te espera?

¿Tiene distintas expresiones con su mirada?

¿Te das cuenta cuando se mandó alguna travesura?

¿Aprovecha para tirarse en tu cama o en el sillón cuando no estás?

¿Llora si te vas?

¿Se hace pis de emoción?

¿Te cela cuando acaricias otros perros?

¿A que juegan?

¿Hacen deporte juntos?

¿Te vio llorar?

¿Te despierta a la mañana?

¿Duermen juntos?

¿Tiene mañas?

¿Es gruñón?

¿Reconocés su ladrido?

¿Sabés cuándo es su cumpleaños?

¿Tiene sobrenombre? 

¿Te hace compañía cuando te sentís solo?

¿Le hablás?

¿Sentís que es parte de tu familia?

¿Te renueva la energía?

¿Te hace feliz?

Lic. Delia Madero 

Psicóloga

MN 41798

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