¿Puedo disfrazar a mi perro?

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Nos encanta compartir con nuestro mejor amigo, lo incorporamos a nuestra vida y a nuestras actividades cada vez que podemos. Sin embargo, no siempre es una buena idea.

Halloween, carnaval, fin de año. Cada vez son más las ocasiones en las que nos divierte llevar un disfraz y estamos tentados de hacerlo también con nuestro perro. ¿Pero es una buena decisión?

Disfrazar a nuestro perro es en esencia vestirlo, pero con una gran diferencia: no existe un fin funcional, sino solamente un fin estético y social. Una situación diferente es cuando tenemos un perro que necesita estar abrigado, donde la vestimenta debe ser la adecuada, sin adornos que puedan incomodar o asustarlo, y cumplir con su función. Sino, vestirlo o disfrazarlo no es conveniente.

La fiesta de Halloween ha tomado mucha trascendencia los últimos años y cada vez se festeja más. Las personas se maquillan, se ponen disfraces que esconden los rostros, cuelgan adornos o telas en las casas, en los jardines. Mucha gente circula con sus disfraces y una escena fuera de lo común que puede asustar mucho a los animales. 

¿Cómo lo vive un perro? Ellos no entienden la situación. Perciben algo anormal que está sucediendo y lo viven con miedo, pudiendo huir o morder como mecanismo de defensa. Los asustan los trapos colgando, los sombreros, las túnicas, los colores negros, los movimientos extraños, perder las imágenes de las caras a las que están acostumbrados. 

Imaginemos que los animales son como niños muy chiquitos que también, pueden asustarse ante este tipo de estímulos. Para ellos es todo un lenguaje corporal diferente al que están acostumbrados de su entorno familiar. Mejor no disfrazarlos y si decidimos disfrazarnos nosotros, tener mucho cuidado con ellos.

Pensemos en su bienestar, ellos dependen de nosotros.

Lic. Delia Madero

Psicóloga

MN 41798

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